Los escenarios densos, del orden de miles de dispositivos, suponen un gran estrés para los sistemas de localización debido al ruido generado por los objetos en movimiento y la propagación de la señal por múltiples caminos que implican.
Este problema se hace aún más crítico a medida que la COVID-19 se extiende por el mundo y requiere nuevas soluciones que ayuden a las instituciones sanitarias a obtener información precisa y exacta para localizar a los usuarios y contactos con el fin de seguir la propagación de la enfermedad.